Seguro que muchos de vosotros recordaréis el famoso gag de “la empanadilla de Móstoles” de Martes y Trece. Cuando se emitió por primera vez en directo, mientras todo el mundo se reía a pierna suelta, yo estaba tratando de recrear cómo estaría viviendo Encarna Sánchez, estrella radiofónica del momento, aquella imitación que luego se consagraría como un top de momentos de humor de la televisión española. ¿Cómo se estaría sintiendo la periodista? ¿Estaría participando con humor propio de la imitación exagerada o tal vez se sintió burlada o, incluso más allá, ofendida?
Y es que, al igual que el derecho a la libertad de expresión y a la transmisión de información veraz encuentran un parapeto, de límites no exhaustivamente definidos, en el derecho al honor de las personas a las que se refiere esa expresión o esa información, algo parecido ocurre con otras muestras de la creatividad del hombre; entre ellas, las destiladas por el natural sentido del humor propio del ser humano. Tu “chorro” creativo de tipo satítico, irónico o humorístico podría ofender el honor de alguien, querido blogger.
Si en tu blog sueles jugar con la ironía, la sátira, la broma, la crítica, la parodia y otros atuendos de lo que genéricamente llamamos humor, repasa estos breves consejos a la hora de calibrar tu afilada plum… digo, tu afilado teclado:
El insulto no es humor
Toda la gracia se acaba cuando hay injuria, entendida como lesión directa por la propia naturaleza de las palabras al honor de la persona a la que se pudiera referir el post o parte de él. Igualmente, deberás valorar el efecto lesivo de conjunto que pueda tener tu post: puede que no utilices palabras rotundamente ofensivas o insultos pero tu escrito encierre una intromisión en el núcleo más íntimo de su dignidad personal. En general, también puedes aplicarte los consejos que di para blogs de actualidad
Adelante con tu parodia
La parodia, la imitación humorística o burlesca, está permitida por la Ley de Propiedad Intelectual y por lo tanto no supone plagio, siempre que no se lleve a confusión con la obra original y que no haya lesión (moral o económica) a esa obra parodiada.
Cuida al menor
Ciertos contenidos humorísticos podrían no ser aptos para los menores de edad que potencialmente puedan acceder a tu blog o web. Es conveniente que etiquetes debidamente esos contenidos y a la entrada del post pongas un breve aviso de calificación para mayores.
Con la Iglesia hemos topado
Si bien la lesión al honor es algo íntimo y personalísimo, nuestra legislación también contempla algo más colectivo: la “ofensa a los sentimientos religiosos” (artículo 525 del Código Penal). Que se lo digan a Javier Krahe o, más recientemente al humorista Leo Bassi.
Añade a tu blog una breve nota legal
Webs humorísticas consagradas advierten en sus condiciones legales sobre el carácter ficticio o humorístico de sus contenidos: p ej. elmundotoday.com. Esa advertencia entraña una cláusula de exención de responsabilidad sobre la creencia que hayan hecho posibles usuarios de esa web sobre las afirmaciones y noticias allí vertidas, notoriamente no verídicas, pero cuya apariencia pudiera confundir a lectores… sin demasiado sentido del humor.
¿Habéis tenido dificultades como bloggers para discernir donde está la breve línea que separa el humor y la ofensa?