Al iniciar un emprendimiento, existe un elemento fundamental del que no puedes prescindir: la motivación. Su falta o disminución puede llevarte al fracaso de tu proyecto. Todos los esfuerzos y la dedicación que pongas para llegar a cumplir tus objetivos, jamás estarán de más.
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¿Repasamos algunas técnicas para que “alimentes” bien a tu motivación?
- Comunica tu proyecto: si nadie sabe que te has marcado un objetivo, te resultará mucho más fácil dejarlo de lado, no te verás obligado a dar explicaciones. De lo contrario, si haces públicas tus intenciones ya verás que te será más complicado abandonar tu propósito.
- Piensa en positivo: toma consciencia de los pensamientos que tienes durante el día y aprende a reconocer cuáles son positivos y cuáles negativos. Te darás cuenta que los pensamientos negativos se repiten, si tomas consciencia de ellos podrás identificar las causas que los originan. El objetivo es tener cada vez menos pensamientos negativos, así observarás como mejorará tu humor, además de sentirte más motivado.
- Toma tu tiempo: la mejor palabra que explica esto es paciencia. No siempre se logra un éxito inmediato. Es inevitable que te invada la ansiedad por lograr tu objetivo, pero debes tener en cuenta que cuando nos obsesionamos con algo perdemos eficiencia y productividad. Si estás haciendo un buen trabajo, tranquilo, los buenos resultados llegarán.
- Compartir ayuda: mantener un proyecto en solitario, sin nadie que comparta nuestros objetivos, muchas veces hace difícil mantener la motivación alta. Si consigues involucrar a otro en tu proyecto, ambos saldréis beneficiados. ¡La unión hace la fuerza!
- Fuera excusas: no eres el único, no siempre tenemos ganas de comenzar a trabajar. Muchas tareas no nos gustan, pero todas son importantes. Deja de lado los rodeos, piensa que es tu emprendimiento, de ti depende que funcione. No te lamentes más, y comienza. Una vez que has logrado vencer ese momento de pereza, todo viene solo y cuando menos te lo esperas ya has terminado.
- Inspírate: nada motiva más que la inspiración. Debes estar atento, la puedes encontrar en cualquier lugar y momento. También lograrás fuentes de inspiración en libros, revistas, blogs, personas que conozcas, en algunos casos de éxito, citas, y muchos más.
No te desanimes, emprender un proyecto en solitario requiere esfuerzo y disciplina, pero los resultados obtenidos siempre son mucho más reconfortantes para nuestra autoestima.
Susana I. Fernández Capittini es Socia fundadora en Oficina Virtual Hoy. Ha llevado a cabo una larga trayectoria laboral en empresas de prestigio internacional desempeñándose en el Área de RRHH. Escribiendo, ha logrado mantener su vocación de comunicación con los demás por medio de sus artículos, que además implican un gran deseo de luchar por la defensa del buen uso del idioma.
Muy buen artículo! Como Asistente Virtual, dentro de “compartir ayuda” yo agregaría DELEGAR, que es otra de las claves, ya que si la persona involucrada es alguien que trabaja activamente en la consecución de tus propios objetivos, todas son ventajas!
Hola Graciela,
Me ha hecho feliz tu participación, gracias por dejar tu opinión. En cuanto a “compartir ayuda”, allí yo me he referido a la situación específica de hacer realidad un proyecto con otra persona, si quieres lo podemos llamar socio. El concepto es diferente al de la ayuda que nos prestará una Asistente Virtual. Y sí, pienso que cuando se trata de “delegar tareas”, nada mejor que una Asistente Virtual Certificada, que nos podrá asistir con profesionalismo y una total involucración en nuestro negocio.
Un abrazo enorme,
Susana