Resulta difícil alcanzar aquello que perseguimos sin pasión o entusiasmo, sea cuál sea nuestro cometido: preparar oposiciones, adelgazar, vender zanahorias o montar una startup. De aquí el hecho importante que propaga la idea: “persigue lo que realmente te apasione y obtendrás el éxito”. Esto no significa que el camino sea de rosas, fácil, corto y sin espinas, sino que será más llevadero. La ilusión por lograr aquello que creemos que nos hará más felices, nos hace ser más fuertes antes las dificultades.
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A veces no tienen porqué gustarnos los pasos previos, generalmente porque requieren de un esfuerzo duro sin frutos inmediatos que pueden llegar a debilitar nuestras ilusiones. Pero son tan necesarios e importantes, que de nuestra actitud depende superarnos y ganar o rendirnos y perder.
Cuando digo que depende de nosotros es porque el tener una buena o mala actitud es una habilidad que los seres humanos elegimos y desarrollamos, y que por supuesto es el reflejo de nuestro estado de ánimo. Es importante ser consiente de que continuamente estamos transmitiendo con nuestro cuerpo y nuestra cara, porque estamos lanzando un mensaje claro: lo que pueden o no esperar de nosotros. Y como el mundo es una cadena dónde unos necesitamos de los otros, del mensaje que reciban los demás surgirá el efecto, favorable o no a nuestros propósitos.
Imagina a un vendedor de una tienda de colchones, un producto importante porque incide en nuestro bienestar y salud, algo por lo que el usuario final se preocupa; Está en juego su salud y su dinero. Lo más seguro es que se informe aquí y allí, intente probar el producto y compare antes de decidir dónde y en qué invertir su dinero. Imagina a ese vendedor con aspecto un tanto descuidado, con ropa un poco vieja o descolorida. Sus movimientos son lentos y perezosos. Sus ojos aburridos y en su rostro es incapaz de dibujarse una sola sonrisa.
No es más que una imagen, pero ya nos vamos creando una idea. Este señor no se preocupa por crear una buena impresión. No sabe o no le importa transmitir una apariencia bien cuidada, saludable y enérgica gracias a la calidad de sus productos. Al contrario, en su semblante podemos leer que le disgusta lo que hace y que quizá, ni siquiera conoce lo que vende. Algo que puede corroborarse cuando el cliente exige información y obtiene respuestas vacías o argumentaciones sin fundamentos que caen por su propio peso.
En pocos segundos nos hemos creado una imagen. Incluso antes de que hable sabemos lo que vamos a encontrarnos y raras veces esto es equívoco. Seguramente el cliente no compre el colchón en esta tienda, ¿por qué?
Cuando alguien no nos transmite con su actitud una buena sensación es porque sentimos que nos oculta algo, que no es totalmente sincero, honesto y transparente, por tanto nunca se podrá establecer un contacto cercano y favorable.
Para conectar con alguien es necesario hacerle sentir bien, y para eso hay que ser agradecidos. Con nosotros mismos, con nuestro entorno y con los demás.
Ser agradecido es valorar aquello que tenemos sintiéndonos afortunados por ello, porque podríamos no tenerlo, o quizá perderlo. Es disfrutar de lo que hacemos en cada instante, otorgándole a esa tarea por muy pequeña o rutinaria que sea, un valor importante.
Una actitud positiva frente a la vida nos ayuda a sentirnos mejor, nos da fuerzas, entusiasmo y la capacidad de contagiar a los demás con nuestra felicidad.
Elegir o no vivir las cosas con entusiasmo depende de nosotros, así que quizás también somos nosotros los que con nuestra actitud marcamos nuestro destino.
¿Qué has elegido tú?
Sara Cáceres, en la red SaraCace, es profesional de la comunicación y la creación digital. Puede ayudarte con cualquier cosa que requiera del diseño gráfico, gestión de redes sociales y asesoramiento en comunicación o en entornos digitales. Su objetivo es compartir conocimiento y aprender cada día algo nuevo. En su tiempo libre colabora con una organización impartiendo valores entre los más jóvenes.
Puedes acceder a about.me/saracace para seguirla en las distintas redes sociales.
Actitud positiva+esfuerzo+constancia= resultados.
¡Podemos elegir! Un saludo
Yo creo que la actitud sí es importante. Si piensas que no vas a conseguir nada, no vas a conseguir nada (valga la redundancia). Tienes que ir pensando que vas a llegar a tu meta, pero sin pasarse. Tampoco puedes pretender comerte el mundo al primer día de intentarlo.
@Dario_1299