Imagina esta situación: hace dos semanas que pediste un jersey por internet –y estás deseando que llegue a casa-. Era justo lo que estabas buscando, pero no lo encontrabas en ninguna tienda, así que cuando lo viste en esa página web no dudaste en hacer clic en el botón “comprar”. El paquete ya está en la puerta de casa, te apresuras a abrirlo y descubres que el color no era el que tu pensabas, además las mangas son demasiado largas y de la textura ni hablamos…
© FPWing – Fotolia.com
Con la intención de acabar con estos problemas, la realidad aumentada ha irrumpido en el comercio electrónico y, aunque aún queda un largo camino por recorrer, ya hay empresas de Internet que dan vida a esta novedosa tecnología. Es el caso de la visionaria IKEA que introdujo, hace unos años, una aplicación de realidad aumentada que permite a los consumidores colocar modelos virtuales en 3-D de sus productos en entornos reales. Así, si un usuario quiere saber qué tal va a quedar un sofá en el salón de su casa, solo tendrá que seleccionar el mueble en el catálogo en línea y dirigir su smartphone o tableta a ese rincón.
Por su parte, Alibaba, conocido como el Amazon chino, anunció en julio que está desarrollando una tienda electrónica -que aún se encuentra en fase piloto- que funciona mediante realidad virtual donde los clientes serán atendidos por asistentes robóticos. A través de unas gafas que emplean esa tecnología, necesarias para comprar en la página, los clientes podrán explorar la tienda e incluso probarse los productos y verlos desde diferentes ángulos.
Las nuevas aplicaciones pretenden ofrecer una experiencia personalizada que elimine las trabas típicas de comprar por Internet, es decir, aquello que sigue frenando a los usuarios a dar el paso digital. La exitosa incorporación de la tecnología que está por venir también tiene el potencial de cambiar la forma en la que los comerciantes piensan en las tiendas del futuro.
Al e-commerce le falta un largo camino por andar para igualarse a las compras físicas. El ser humano es impaciente y las compras por Internet no le ofrecen la satisfacción inmediata que busca (o, al menos, a la que está acostumbrado), es decir el placer de utilizar aquello que ha comprado de manera inmediata, de rasgar el papel con prisa. Todavía nos cuesta decir adiós al “me lo llevo puesto”.
Para superar esa barrera, algunas de las principales empresas de Internet ya han tomado buena nota y están aportando soluciones creativas. Hace ya un tiempo que se impusieron las entregas al día siguiente, pero Amazon ha ido un paso más allá con “Prime Now“, un servicio para que sus clientes Premium pueden recibir los pedidos en una o dos horas. Por si esto fuera poco, el gigante de las compras online está probando, en el Reino Unido, drones para el envío de pedidos.
Con esta novedad la empresa quiere poder mandar sus paquetes en tan solo media hora. Las aeronaves del nuevo servicio, que comenzará previsiblemente en 2017, son capaces de volar hasta seis kilómetros, cargando un peso de casi dos kilos y medio, lo que cubre el 86% de los pedidos a su página.
Pero esto no es todo lo que frena a los usuarios a la hora de comprar por internet. La desconfianza y la inseguridad siguen siendo un gran problema, hay muchos consumidores que todavía no se sienten cómodos al introducir los números de su tarjeta en la red. Por eso, son necesarias más medidas que protejan a los clientes y creen un ambiente seguro para las operaciones bancarias en el entorno digital.
Ante este escenario, los intermediarios financieros se perfilan como el futuro del e-commerce. Es el caso de PayPal, que es uno de los medios de pago más potentes de internet en la actualidad, tiene un largo recorrido y los consumidores confían en el servicio.
Los cambios que están por llegar darán impulso a un sector que ya crece a pasos agigantados. Los líderes del comercio electrónico enfrentan un mundo de oportunidades al que adaptarse y con el que evolucionar. En Reino Unido, casi la mitad de la población dice comprar por internet una vez a la semana, según el estudio Total Retail de la consulta PwC. Lejos queda España con un 19% que verá aumentada esa cifra si los comerciantes consiguen lo que el usuario busca: una experiencia que le ofrezca lo mejor de los dos mundos, el físico y el virtual.
Beatriz Díaz ha escrito en una revista, disfrutado en la radio y trabajado en la delegación londinense de una agencia de prensa. Sus pasiones: la comunicación, la redacción y la lectura, pero, sobre todo, hablar de experiencias y compartirlas, para darles vida a través de las palabras.
Hola a todos! Muy buen artículo. Pienso prácticamente lo mismo pero no me podría expresar de la misma manera jajaj. La verdad que el mundo online ha hecho ya su trabajo, aunque todavía le queda por innovar más…creo que desde un punto de vista muy cortoplacista la conquista del espacio aéreo ya ha empezado. Sin duda serán las autopistas sin caravanas por dónde los nuevos mensajeros interactuarán con todas nuestras compras. Espero que regulen bien, que no prohiban y que garanticen la seguridad. Muchas gracias de nuevo por dejarnos disfrutar de esta lectura.