Emprender en tiempos modernos es todo un reto. Por un lado existen ventajas debidas a los avances tecnológicos y a la facilidad de comunicación que caracteriza nuestra época, pero por otro la despiadada competencia y globalización complican el camino hacia el éxito.
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Los factores que llevan a una empresa a tener el esperado retorno son varios: la perseverancia, pasión, visión estratégica, educación… cada emprendedor podría añadir su “ingrediente” personal.
Pero quitando de lado el elemento subjetivo de cada uno, hay un aspecto que es base común para toda estrategia empresarial y que es transversalmente valido en todas las épocas: los derechos de Propiedad Industrial, el activo más valioso de una empresa.
En concreto, como mostrado también por un reciente estudio publicado por la OAMI a través del Observatorio Europeo de las Vulneraciones de los derechos de Propiedad Intelectual (en donde además se revela que el 40% de la actividad económica total en la UE lo generan los sectores que hacen uso intensivo de los derechos de Propiedad Industrial), las grandes empresas son las que más se benefician de marcas, patentes y diseños debido a su mayor disponibilidad financiera (40% de las empresas más grandes tienen derechos registrados, en comparación con el 9% de las pymes, según el estudio).
Sin embargo, las ventajas económicas de la Propiedad Industrial entre las Pymes son enormes, puesto que ayudan a garantizar que los innovadores y creadores obtengan unos ingresos justos por su trabajo, a fomentar la inversión en investigación y a generar crecimiento y empleos de calidad.
Teniendo en mente estos importantes beneficios, a continuación voy a analizar 5 errores comunes que deberían evitarse en Propiedad Industrial para rentabilizar los activos de cualquier empresa o pyme.
5 errores que todo emprendedor debería evitar en Propiedad Industrial:
- Dejar la protección de tus activos en manos no profesionales, o preferir el “hazlo tú mismo”. Este problema es más común de lo que se piensa, y en la mayoría de los casos intentar ahorrarse los costes de acudir a una agencia oficial para el registro de la propiedad industrial se traduce en pérdida de tiempo y dinero, sin giros de palabras. Solo unos profesionales cualificados podrán estudiar tu caso y construir una estrategia solida de protección para que tu marca, patente, diseño o modelo de utilidad sea realmente un activo rentable.
- Salir al mercado sin tener la marca registrada. Desarrollar y crear una marca no pasa solo por el proceso creativo. Una vez que se tenga la idea sobre la denominación y/o logotipo que identifica tu actividad empresarial, el paso previo fundamental es sí o sí efectuar previamente un estudio de viabilidad de marca. Esto significa, acompañados por unos profesionales, buscar si existen derechos previos anteriores a tu marca para comprobar que no haya el riesgo de infringir estos derechos. Solo DESPUÉS de haber comprobado que la marca es viable, proceder al registro más conveniente. Una marca registrada aumenta su valor con el paso del tiempo y es un activo que puede ser cuantificado, susceptible de ser vendida o explotada como cualquier otro activo de la empresa.
- Pensar que patentar es sólo un gasto. Muchos pequeños emprendedores que hayan desarrollado una nueva solución técnica no consideran patentar asustados por el gasto que esto supone. Es cierto, patentar no es lo más barato (aunque aquí también esto depende de la zona geográfica en donde conviene obtener el derecho de exclusividad) pero es fundamental abrir los ojos y ver que lo que más puede rentabilizar el desarrollo de su solución técnica novedosa, ante también posibles inversionistas, es su Propiedad Industrial y la solidez jurídica que supone la titularidad de una patente. No hay que olvidar que existen subvenciones para sufragar parte de los gastos de las patentes y que facilitan el acceso a estas vías para los que no posean grandes recursos económicos.
- Romper el requisito de “novedad”. Una invención es patentable cuando es nueva, implica actividad inventiva y tiene aplicación industrial. Los tres son “conditio sine que non” para obtener una patente, sin embargo hay que considerar que lo primero es que el proyecto/idea en cuestión no se haga pública de ninguna manera antes de la fecha de presentación de solicitud de la patente. Así que si tienes una idea, un proyecto o novedad ya preparados, no hables de ello en la web, ensayos o entrevistas pues esto suponen divulgaciones propias de la creación. Eso sí, habla de ello con tu agente de la Propiedad Industrial (quien está sujeto al secreto profesional) para que pueda asesorarte sobre la forma más eficaz de protección.
- No considerar la territorialidad de los derechos de Propiedad Industrial. Tanto en el caso de marcas, como de patentes o diseños registrar según el país en donde se vaya a comercializar (los derechos de Propiedad Industrial son territoriales, así que no es necesario registrar en todos los países sino en aquellos donde realmente vas a salir al mercado).
Francesca Mandolini es Licenciada en Ciencias de la Comunicación y especializada en marketing online. Responsable de comunicación y marketing para Protectia Patentes y Marcas, escribe en el Blog de Protectia aportando su punto de vista e información práctica sobre temas relacionados a la Propiedad Industrial.
Grandes argumentos para un tema central de la economia global. Tanto la propiedad industrial como la propiedad intelectual son ramas del derecho destinadas proteger la inventiva del hombre, y el desarrolllo del comercio. el tramite de registro de marca permite la individualizacion de productos o servicios, y el reconocimiento legal de la proteccion exclusiva de la misma por un periodo de vigencia de 10 años. Renovar una marca es renovar proyectos y darle continuidad al motor de la economia.