La historia más grande jamás contada no es la historia interminable, es en realidad una cuestión de fe y es, para quienes vivimos en sociedades de tradición católica –si me apuráis, incluso cristiana- la que contiene la Biblia, la historia de Jesús, una historia que nos acompaña desde hace más de 2000 años…
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Pero permitidme que empiece con un inciso, por dejar meridianamente claro que no vamos aquí a cuestionar la existencia de Dios ni a poner en cuarentena fe alguna sino a explicar como fue a través de los cuentos que la historia de Jesús se popularizó, llegó a los confines del mundo conocido, hasta el día de hoy… y lo que te rondaré morena.
La historia de Jesús tiene los componentes que todo relato de éxito debe tener y más: héroe, villanos, momentos de clímax, sangre, sudor, traición, amor, lágrimas, cielo, infierno, paraíso, emoción, fe… y un final feliz; empieza, de hecho, con un relato bello, el de la creación, que termina con Adán y Eva despedidos del paraíso por desobedientes –digo yo que sería más por eso que por dar un bocado a una manzana…- Es ese un momento de drama y tensión que sirve como explicación de las miserias humanas y de punto de partida para el clímax bueno, el de la fe, el del Salvador que llegará a darnos una segunda oportunidad después de nuestro desacato en el paraíso.
La base del relato bíblico es un compendio de veracidad, por lo que de real hay en él empezando por la existencia de Jesús, y fe porque hablamos de religión y no hay mayor cuestión de fe que la religión. Es, además, un relato integrado en nuestra cultura, en nuestros usos y costumbres más allá incluso de la fuerza de nuestra fe en Dios, la virgen María o la Santísima Trinidad pero, además, la Sagrada Biblia contiene también una demostración indiscutible e incuestionable de las bondades del storytelling, de su utilidad y su éxito, de su valía a la hora de transmitir un mensaje… ¿o acaso no recordáis como los 12 apóstoles se diseminaron por el mundo para hacer oír la palabra de Jesús? Lo hicieron contando cuentos… ¿qué son sino las parábolas?
Las parábolas son cuentos de fe, fábulas con moraleja que tratan de justificar la existencia de Dios y su acción como creador del mundo y del hombre; los apóstoles tenían algo que contar, algo que en frío podía resultar increíble, podían tomarlos por locos ¿cómo decir que un hombre muerto crucificado tras recorrer el camino del calvario había resucitado a los tres días sin despertar duda alguna hacia ellos mismos y su historia? Sin decirlo, sino contándolo… y no es que esto lo diga yo así porque se me ha ocurrido sin más, a mi me lo explicaron así, fue una monja y fue en el colegio, debía tener yo entonces unos 10 años, era la madre Pellicer en la Compañía de María… ella me explicó que Adán y Eva no eran los padres biológicos de la humanidad entera, que el génesis era en realidad un cuento, el modo que se les ocurrió a los creyentes seguidores de Jesús para explicar la creación del mundo de modo sencillo para que la gente de aquella época pudiera entenderlo.
No negaré yo que haya un acto de fe tras esa creencia… pero no me negaréis tampoco a mi que hay un gran acto de storytelling en como se contó y se cuenta…
La Biblia es un gran relato lleno de pequeños relatos que componen al final la historia más grande jamás contada, el relato de más éxito jamás visto –más allá de que lo que haya detrás de esa historia sea una realidad para quienes tienen fe, un gran negocio para algunos de los que no la tienen, un vacío para otros descreídos…-.
Mirad sino a vuestro alrededor hoy mismo, jueves santo…
Berta Rivera es una filóloga que trabaja en ventas, relata en loff.it, escribe un blog (ahora vergonzosamente desactualizado) y cuenta cuentos al caer la noche por esas cosas de la maternidad. Me declaro fan de la creatividad aplicada a la vida, a las pequeñas cosas y a la comunicación… porque las cosas no se dicen, se cuentan.
Me ha encantado este post. Enhorabuena!