Lean Start-up

La mítica frase de Thomas Edison “No he fracasado. Tan solo he encontrado 10.000 soluciones que no funcionan” está más de moda que nunca para miles de emprendedores.

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En España la estadística es demoledora: 9 de cada 10 nuevas empresas fracasa. En este contexto, cualquier solución para intentar reducir la tasa de fracaso suele tener buena acogida en el creciente ecosistema emprendedor.

En los último años, la metodología Lean Start-up creada por Eric Ries en el año 2.008, ha traspasado fronteras y se ha convertido posiblemente en la más popular entre los emprendedores.

¿Qué es Lean Start-up?

Lean Start-up se define como una metodología basada en maximizar el aprendizaje cuyos principios son similares a Lean Manufacturing, la famosa filosofía originada en el sistema de producción de Toyota, y basada en la identificación y minimización de aquellas actividades que consumen recursos y no aportan valor a la empresa.

El objetivo principal de Lean Start-up  es evitar consumir recursos (especialmente, tiempo y dinero), en la creación un producto que el público no desea porque no es capaz de resolver con éxito ninguna de sus necesidades.

Mediante el testeo rápido de hipótesis esta metodología, aplicable a todo tipo de sectores, ayuda a minimizar la inversión inicial y a averiguar cómo la start-up conseguirá ingresos en el futuro.

Principios de Lean Start-up

Los fundamentos de Lean Start-up están basados en el ciclo: Aprender-Diseñar-Medir. Para llevar a cabo este proceso con éxito, se recomienda seguir las siguientes etapas:

• Salir fuera de la oficina: Es necesario que el emprendedor establezca un contacto directo otras personas para detectar problemas que resolver.

• Validar el aprendizaje: Interactuar con los futuros usuarios y extraer conclusiones para comenzar a crear una idea de negocio que sea capaz de satisfacer la necesidad a cubrir.

• Pivotar: Las hipótesis pensadas para el modelo de negocio pueden resultar incorrectas. En tal caso, el emprendedor debe aprender del feedback de los clientes y “pivotar” su modelo de negocio para perfeccionarlo.

• Crear producto mínimo viable: Bajo la filosofía Learn start up, no tiene sentido invertir recursos en crear y perfeccionar un producto o servicio, el cual se desconoce si va a tener una buena aceptación entre los consumidores. Basta con crear un prototipo o producto lo más sencillo posible (MVP). Un caso de éxito famoso de creación de MVP fue el creador de la empresa Dropbox, quien produjo un breve vídeo demostrativo de su producto para recibir feedback externo. Un producto simple y barato con el que validar sus hipótesis entre los usuarios.

• Iterar rápido: Debe existir una retroalimentación constante entre emprendedor y usuarios. Retomando el caso de Dropbox, sólo cuando se tuvieron evidencias de que el producto a desarrollar resolvería un problema de manera eficaz, el equipo comenzó a ponerse manos a la obra en la creación de Dropbox. Es importante no perder de vista el feedback de los usuarios, para en el caso de ser necesario, realizar nuevos cambios o iteraciones en el producto.

• Evitar escalar pronto: Escalar demasiado rápido uno de los errores más comunes entre los emprendedores. Gastar dinero en crecimiento (marketing, fuerza de ventas, incorporación de nuevo personal, etc.) sin disponer del producto adecuado para los clientes y haber validado el modelo de negocio, puede resultar fatal para la empresa.

En definitiva, Lean Start-up se destapa como una herramienta útil para emprendedores. Pero… ¿habrá quedado el plan de negocio desterrado para siempre? ¿Qué pensáis vosotros?

David Saiz Osorio es emprendedor y fundador de MicroStetic y Tu Micropigmentación, dos start-ups especializadas en el sector de la estética. Máster en Emprendimiento y Creación de Empresas por la UC3M, David es con asiduidad ponente en universidades y escuelas de negocio sobre temas relacionados con el emprendimento.

@Tu_Micro