LinkedIn surge como una red social con un foco eminentemente profesional, donde podemos posicionar nuestra identidad profesional y proyectarla adecuadamente, maximizando nuestras posibilidades para generar oportunidades profesionales. A pesar de ello, habitualmente se infrautiliza todo su potencial.
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El presente de la red profesional queda refrendado por unas cifras espectaculares tanto de ingresos como de usuarios, que transmiten no sólo una imagen de empresa sólida, sino un potencial de futuro realmente optimista. A diferencia de otras redes sociales, sus tres principales vías de ingresos (usuarios, soluciones de reclutamiento y publicidad) no sólo están muy equilibradas, sino que demuestran una robustez poco común.
Y ello ha sido debido fundamentalmente al claro enfoque profesional que han tenido siempre. Porque en LinkedIn no entramos a hacer amigos ni subir cosas divertidas, sino a trabajar y (de)mostrar nuestras capacidades profesionales.
No obstante, y a pesar del potencial que tiene esta red para posicionarnos como profesionales, me encuentro con que existe una gran mayoría de personas que desaprovechan las posibilidades que les ofrece, incluso malinterpretando a menudo el para qué sirve.
Diría que muchos usan LinkedIn para encontrar empleo, o incluso reclutadores que publican ofertas de empleo en sus grupos de debate. Hasta aquí todo bien, LinkedIn no deja de ser un foro profesional en el que se dan cita tanto personas en búsqueda de empleo como reclutadores que tratan de localizar talento. El problema viene del cómo se está haciendo esto. Quiero decir que usan LinkedIn como si de un portal de empleo se tratase, cosa que no es ni de lejos, por lo menos en su sentido más estricto. Y es aquí donde está el error; los portales de empleo ya existen desde hace años (Infojobs, Infoempleo, …), y son actualmente el medio más usado por los candidatos para localizar ofertas de trabajo. Han tenido un papel protagonista (y lo siguen teniendo), aunque en su futuro aparezcan dudas en cuanto a su modelo de negocio. Sin embargo, existe una gran diferencia entre un portal de empleo tradicional (donde se usa el CV como conexión entre reclutador y candidato), y una red profesional como LinkedIn (donde el perfil profesional se convierte en el centro). Ésta aporta elementos sociales que no tienen los sites de empleo, tales como un perfil avanzado (que no es lo mismo que un CV), posibilidad de generar una red de contactos, enriquecerse y aportar en los grupos de debate, … En definitiva, podemos llevar nuestro perfil profesional a un nivel impensable en los sites de empleo.
Por otra parte, y a pesar de que LinkedIn es un fenomenal escaparate para lucir nuestros ‘encantos’ profesionales, a menudo me encuentro con perfiles incompletos o desactualizados, o ‘elevator pitch’ realmente pobres, lo que transmite una imagen negativa. Por tanto, si el objetivo es atraer la atención para mostrar nuestra identidad profesional, ¿por qué no se trabaja el perfil básico para presentarlo lo mejor posible?.
Y por último (aunque la lista podría seguir), compruebo que la red de contactos se usa frecuentemente de forma errónea, considerando a un contacto como a uno más en la lista, dándole más importando a la cantidad que la calidad, sin hacer un esfuerzo en elegir los contactos adecuados y generar con ellos una auténtica relación profesional.
En definitiva, LinkedIn nos ofrece unas posibilidades para difundir nuestra marca profesional, impensables hasta hace pocos años. Utilizándola adecuadamente, el resultado puede ser sorprendente.
Miguel Ángel Riesgo tiene un Executive Master en E-Business por el IE Business School y es licenciado en Gestión Comercial y Marketing por ESIC, así como diplomado en Informática de Gestión. Mantiene su blog profesional en el que habla sobre empleo 2.0 y marca personal, así como de gestión de equipos humanos. Colabora con Infojobs en su blog sobre orientación laboral, en la ‘escuela de comerciales’. Ha trabajado durante los últimos 7 años como Sales Manager en Infojobs.
Me parece un articulo muy interesante y acertado, sin embargo falta una parte esencial. Se realiza una crítica muy adecuada de cómo la gente utiliza esta red profesional e incluso se mencionan algunos ejemplos de qué no hacer. No obstante falta la sección final con las recomendaciones. ¿No? Si la mayoría de la gente no estamos usando bien esta herramienta profesional, ¿qué deberíamos hacer para mejorar? ¿Como debería ser nuestro perfil para presentarlo de la mejor forma posible? Me encantaría escuchar y seguir los consejos. Muchas gracias.
Hola Carla, gracias por tu comentario. Me lo anoto para futuros posts. Un saludo.