Si quieres pasar lo más desapercibido posible, lo mejor es que no crees ningún perfil en las redes sociales, eliminando cualquier rastro posible en la Red. De otra forma, cualquiera que esté ‘mirando’ y vea algo sobre ti podrá conocerte un poco más y, como ocurre en el mundo ‘real’, sacará conclusiones y emitirá (pre)juicios, con lo que ello implica.
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Cada día en mayor medida, usamos la Red de forma exhaustiva, relacionándonos con personas para compartir, opinar, debatir, conversar, … Y en todo ello vamos dejando un rastro de nosotros mismos perdurable, en el sentido de que existe ‘para siempre’ en la Red, lo que significa que se encuentra a disposición de cualquiera que pase por donde nosotros hemos estado.
Y con toda esa ‘huella digital’, ¿te has preguntado alguna vez cómo te ven los demás?, ¿qué percepción pueden tener de lo que encuentran?, ¿si generas una imagen atractiva, neutra o por otra parte negativa?, …
A no ser que tuvieras una doble personalidad al estilo Doctor Jekyll y Mr. Hyde, lo que dejas en Internet (comentarios, perfiles, contenidos en general, …) te define cómo eres, y esto puede generar interpretaciones e incluso decisiones por parte de terceros (p.e. si un reclutador te busca). Por ello, es imprescindible ser conscientes del rastro que dejamos, por las implicaciones que conlleva.
Ocurre exactamente igual que en la vida ‘real’. Aquí somos permanentemente clasificados y juzgados por nuestros actos; cada interacción con los demás provoca sensaciones, y sobre éstas se va conformando la percepción que tienen sobre nuestra marca personal.
Sin embargo, en este sentido existe una diferencia entre el mundo ‘real’ y el ‘virtual’, y es nuestra falta de una larga experiencia en este último; no olvidemos que nuestro contacto con las redes sociales es relativamente reciente. Por ello, todavía estamos en una fase embrionaria en la que aún estamos aprendiendo a (con)vivir con ellas, reorientando la forma con la cual nos hemos relacionado con nuestro entorno durante milenios.
Por ello, es precisamente esa diferencia la que nos obliga a ser mucho más precavidos con nuestros comportamientos en la Red, al ser conscientes de que estamos completamente expuestos, y saber que cualquier mensaje por nuestra parte, y debido a la complejidad de las redes, puede transmitirse de tal manera que podemos llegar a perder el control por completo.
Y es precisamente esto lo que debería originarnos una reflexión, planteándonos qué estamos haciendo en la Red y cómo, qué percepción creemos que los demás tendrán sobre nosotros, y sobre todo ser conscientes de los juicios de valor que los demás tendrán sobre nuestra marca personal.
Miguel Ángel Riesgo tiene un Executive Master en E-Business por el IE Business School y es licenciado en Gestión Comercial y Marketing por ESIC, así como diplomado en Informática de Gestión. Mantiene su blog profesional en el que habla sobre empleo 2.0 y marca personal, así como de gestión de equipos humanos. Colabora con Infojobs en su blog sobre orientación laboral, en la ‘escuela de comerciales’. Ha trabajado durante los últimos 7 años como Sales Manager en Infojobs.
Yo no hace mucho que estoy por la red de manera “profesional” y aplico la formula= ser yo misma+sentido común 🙂
Espero estar haciéndolo bien!
Me gustan muchos tus posts Miguel Angel, gracias por compartir tus conocimientos con los que nos paseamos cada día por la red.
Sonya
Gracias Sonya. Sin duda alguna lo que comentas nos da autenticidad: ser nosotros mismos. Sin embargo, a menudo eso es difícil en la Red; hablamos de redes sociales donde aún estamos aprendiendo cómo comunicarnos de la forma más efectiva, y donde las personas acceden a dichas redes a coste cero, y posiblemente bajo un perfil vacío, incompleto, falso o incluso bajo el anonimato.
Eso conlleva que, donde debería haber mucha conversación, exista más ruido que otra cosa.
Creo que es algo que se debería inculcar desde ya en la gente más joven (de hecho en algunas escuelas se dan charlas sobre el uso de las redes sociales) porque una buena gestión de sus perfiles en las redes les podrá favorecer mucho a la hora de encontrar su primer empleo. Cada vez más departamentos de RRHH investigan en las redes a sus candidatos antes y después de contratarlos. Saludos 😉
Gracias Víctor. Te doy toda la razón. ¿Qué ocurrirá con toda esta nueva generación (nativos digitales 100%) que usan la Red de la forma más natural y habitual, subiendo todo tipo de contenidos, cuando alcancen la mayoría de edad?, ¿les afectará en alguna medida?.
Fíjate que este articulo me viene “al pelo” porque he recibido esta misma mañana un aviso de Linked-in (que cumple 10 años) dando las gracias a usuarios que tenemos, como es mi caso 1345 contactos, y que según reza “somos el alma de la red”. Esta es la parte “chula” la de decir mis contactos generan una actividad interesante en cuanto a comentarios, interrelaciones, sinergias, etc… Pero es cierto que estamos en “pañales” en cuanto al rastro que queda atras. Los que tenemos unos añitos no estamos en mejor posición que los jóvenes que han crecido con las redes sociales (mi hijo de 14 años lleva con tuenti desde los 8) y yo se puede decir que soy un novato. Habrá que pensar en ese consejo que está implícito en tu artículo, Miguel Angel. Gracias por la apreciación.
Gracias Francisco. Las redes sociales están al alcance de cualquiera y a coste cero, y nos abren un universo de posibilidades en cuanto a comunicación, a las que no hemos tenido acceso hasta hace pocos años. Por tanto, creo que se piensa que es la panacea, quizás nos sentimos como un niño con un juguete nuevo; felices…
Muy bien, pero no por ello podemos considerar que todo vale en la Red, y que podemos generar ruido (no conversación) insistentemente tratando de atraer la atención (sin ningún tipo de propósito definido). Por tanto, la primera reflexión es la de esta entrada, simplemente saber que lo que hacemos genera percepciones, y que éstas nos pueden condicionar.
Hola Miguel A.. Realmente, creo que la autenticidad en la red es complicada y muy difícil, casi siempre y digo casi. Aconsejable pero difícil por comprometida y extemporánea. Cuanto escribimos es fruto de un momento, instante, tema, situación o circunstancia que lo hacen literalmente ÚNICO. Saber valorar estos elementos dentro del proceso de comunicación que supone la “huella” para prejuzgarlas, juzgarlas, evaluarlas o valorarlas, es algo que escapa a nuestras propuestas, intenciones, posibilidades y…”huellas” mismas. Creo que un buen reclutador sabe desbrozar entre la maleza, separar la paja del grano y valorar capacidades. Por otra parte todos estamos expuestos en la red pero también a “malas interpretaciones de no muy buenos reclutadores”, Seamos coherentes. Créeme, los hay buenísimos. Estos son los que interesan. Aprovecho, por último una de tus respuesta al post en la que citas ..” y posiblemente bajo un perfil vacío, incompleto, falso o incluso bajo el anonimato.” ,cierto es, pero no menos CIERTO que detrás de alguno de ellos puede haber un reclutador interesado en ti.
Gracias Rodrigo. De lo que se trata es que si decidimos ‘estar’ en la Red (social media en general), la sugerencia es ‘estar’ realmente, teniendo una presencia lo más sólida posible (perfiles, …). Si un reclutador estuviese interesado en nosotros, el que pueda ver quiénes somos y cómo nos comportamos, sin que haya lagunas, nos dará mayores probabilidades en un futuro proceso de selección.