Hasta que nos falte la vida hay esperanza. Está la cosa muy muy mal, cierto, pero no nos queda otra. Así que si tu empresa se hunde, si no ves la luz, vamos a volver a empezar, desde el principio, como si el negocio fuera nuevo otra vez.
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Suele ocurrir que la desidia se ha instalado en nuestro corazón porque no vemos la luz, y tantas cosas y proyectos que pensamos para nuestro negocio las hemos abandonado a un lado y no las hemos hecho. No pasa nada, empieza y vuelve a empezar las veces que sea necesario.
Así que vamos a repasar los básicos de mi negocio:
1. A qué me dedico. Plantéate, ¿cómo empezó tu negocio? ¿Qué es lo que querías ofrecer? ¿Cuál era la buena idea? ¿Cuál era ese producto que te iba a hacer destacar de la competencia? Siéntate, tomate un respiro y recuerda, recuerda qué perseguías. Y ahora mira a tu alrededor y podrás ver las diferencias entre lo que pensaste y lo que tienes. Es cierto que ha sido difícil y que no es como querías pero ahora aún puedes cambiarlo.
2. Recupera la fuerza. Sé que es difícil hacerlo pero puedes. Si no arreglas tú esto, nadie va a arreglarlo por ti. Tú eres el motor, eres el inventor, eres el capitán del barco. Vuelve a recordar, la ilusión que tenías, las esperanzas y el empeño invertido, piensa en las noches que estuviste dándole vueltas a la cabeza para empezar tu proyecto. Y siente esa sensación, esa grandeza, las cosas que ibas a hacer cuando tuvieras tu negocio. Necesitamos esa fuerza, esa motivación, y la tienes, está en ti, sólo que la has dejado arrinconada.
3. Analiza lo que le das a tus clientes. Seguro que imaginaste la relación con tus clientes a modo anuncio de televisión, bien pues aún no es tarde. Revisa tu trato con los clientes, con los que tienes , con los que tuviste, analiza, piensa, en que te equivocaste, qué hiciste bien. Y ahora empieza de nuevo. Puedes escribir ahora mismo un mail a tus actuales clientes y decirles que estás ahí para lo que necesiten, puedes preguntarle por el servicio y hasta puedes pasar a saludarles. Y retoma a tus antiguos clientes, llámalos, escríbeles, crea para ellos unas ofertas especiales, diles que te recomienden a otros. Y haz otra estrategia para clientes nuevos, están ahí, sólo es que igual no has sabido encontrarlos. Hay que salir a la calle, escribir mails, poner ofertas, anunciarnos en cualquier sitio que podamos, mover las redes sociales, todo lo que esté en nuestra mano. Y deprisa porque no hay tiempo.
4. Extrae información de los demás. De todos, de tus empleados, de tus proveedores, de tu familia, de tus amigos. Necesitas opiniones sinceras, no necesitas que te digan lo bueno que eres, necesitas que te digan en qué te equivocas, qué es lo que se puede mejorar. Y lo importante en este caso es que les escuches muy bien, no te enfades, no te ayudará. Muchas veces la gente sabe ver los errores desde fuera y a nosotros nos cuesta mucho. Si hay un fallo, asúmelo, lo bueno es saberlo y lo eficaz es solventarlo.
Así que repasa todo otra vez desde el principio, el local, el lugar, la limpieza, los mensajes que enviamos, nuestros empleados, la atención al cliente que damos, dónde se pierden los clientes, qué más podemos hacer por ellos, TODO, si es necesario volver a empezar hay que hacerlo.
Y ¿por qué? Porque no queda otra.
Es tu negocio,es tu medio de vida, puedes salvarlo, en tus manos está. Adelante.
Javier Ruiz Robles es CEO en Marcadotecnia (Agencia de Comunicación, Marketing y Desarrollo), Consultor especializado, Formador y Director Comercial. Es el creador de Tribapp, una herramienta de difusión de contenidos por sectores. Adora las nuevas tecnologías y le apasionan las relaciones que se establecen entre las personas.
Hola Javier,
Te felicito por el tema elegido y la fuerza que logras transmitir a lo largo del artículo.
Estos son momentos de consejos y mensajes alentadores, nada de bajar la guardia, y tú logras comunicar esto. Haré una humilde aportación a esto de ser fuerte y no dejarse vencer. Pedor Bonifacio Palacios, conocido con el seudónimo de Almafuerte, fue un maestro y poeta argentino famoso por su temple luchadora. Uno de sus poemas más conocidos es “Los Incurables”, y te citaré una estrofa solamente, muy propicia, por cierto, en estas épocas difíciles de lucha diaria: “No te des por vencido, ni aún vencido.
No te sientas esclavo, ni aún esclavo.
Trémulo de pavor piénsate bravo
y arremete feroz, ya mal herido”.
Ya no me extiendo más. Gracias por tus consejos.
Un saludo, Susana
Excelente articulo para reiventarse, retomar el rumbo de nuevo cuando se ha perdido la esperanza.
Gracias Javier y Susana por vuestros ánimos 🙂
Excelente publicacion,Motivador y estremecedor, felicidades y muchisimas gracias por compartir, con honestidad tan certeros pensamientos.