Si se hacen bien las cosas, la internacionalización puede ser la gran salida para crecer mirando al exterior. Sin dejar de tener en cuenta la actividad internacional supone una tarea compleja, que conlleva sus riesgos y requiere de planificaciones adaptadas a la realidad de cada negocio, salir afuera también puede reportar ventajas que, sin duda, compensan con creces los obstáculos e inversiones necesarias.
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Básicamente, como compensación por el arduo proceso de internacionaliación, las principales ventajas que obtiene una empresa que se decide a dar el paso hacia adelante son las siguientes:
- Aumento de la facturación: El acceso a otros mercados facilita la obtención de un rendimiento financiero superior por el incremento de las ventas y, por lo tanto, de la facturación. A su vez, se consolida la posición en el mercado local, con lo que también aumentan las ventas en el ámbito nacional. Según un reciente estudio de la Fundación Mapfre, casi la mitad de las empresas que se internacionalizan obtienen beneficios antes de los cinco primeros años.
- Disminución del riesgo: Los riesgos ya no dependen sólo del mercado interno, por lo que será menos vulnerable a los cambios y, por ejemplo, también repercutirán menos las situaciones de crisis económica.
- Aprovechar las oportunidades: Ya sea para responder a necesidades concretas identificadas en otros mercados como para introducirse en las denominadas economías emergentes, la internacionalización permite aprovechar interesantes oportunidades de negocio.
- Alargar el ciclo de vida: No en todos los mercados los clientes tienen las mismas necesidades ni hay la misma competencia, por lo que las empresas pueden encontrar en el exterior un modo de alargar el ciclo de vida del producto o servicio, retrasando su desaparición lo máximo posible y alargando los niveles de venta antes de que empiecen a reducirse o detenerse.
- Competitividad global: Competir en el mercado exterior también dota a la empresa de mayor capacidad para competir en el mercado interno contra nuevos competidores, que a menudo son empresas multinacionales.
- Afianzar la marca y mejorar la imagen: Una empresa que internacionalizar sus productos o servicios mejora su imagen y consolida su marca de cara a la clientela y proveedores, mejorando la capacidad de negociación para aumentar el margen de beneficios y facilitando las campañas de marketing.
- Mejorar el producto o servicio: La mayor competitividad que exige el exterior y la búsqueda de una ventaja competitiva en ocasiones distinta a la del mercado interior aumenta el potencial de la empresa para afrontar nuevos retos y mejorar el producto, idealmente con un crecimiento escalable.
- Motivación y productividad: Los recursos humanos que trabajan como un equipo capaz de responder ante el reto de la internacionalización gana en autoconfianza y motivación, lo que se traduce en una mayor productividad.
- Aumento de tamaño: El tamaño de las empresas internacionalizadas aumenta a consecuencia de la mayor cuota de mercado que se cubre. La necesidad de ofrecer productos de calidad al mejor precio en un entorno más competitivo lleva a economías de escala.
- Fuente de aprendizaje : La internacionalización es una permanente fuente de conocimiento que busca la excelencia para enfrentarse a los competidores internacionales. Esa interactuación y experiencia en diferentes mercados que permite adquirir un conocimiento acumulado que resulta muy ventajoso a nivel empresarial.
Anna Isan, politóloga y socióloga licenciada además en ciencias de la información. Ha publicado de forma puntual artículos en diferentes blogs relacionados con la empresa y la internacionalización. Actualmente es redactora del Blog Eaeprogramas.es/Internacionalización donde habla sobre modelos de Internacionalización y exportación e importación como negocio.